Este año el premio ha recaído, por tercer año consecutivo,
en el motor tricilíndrico de un litro Ecoboost de Ford, con un total de 351
puntos, 70 por encima de su inmediato perseguidor: el V8 de 4,5 litros de
Ferrari que monta, por ejemplo, el California. El propulsor de gasolina de
Ford, que destaca por su nivel de prestaciones/consumo, se trata del as en la
manga del fabricante de Michigan para mejorar sus posiciones en los segmentos
más pequeños del mercado, desde los utilitarios (lo monta el Ford Fiesta), a
los monovolúmenes compactos (se puede enocntra en el C-Max), pasando por SUV
pequeños como el Ecosport o compactos como el Ford Focus, uno de los coches más
vendidos en el mundo.
Por detrás, se sitúa el motor bicilíndrico de BMW de 647 cc
que sirve de extensor de batería al BMW i3, con 261 puntos. El tercero es el
tricilíndrico de Volkswagen de 999 cc que inauguró el trío de microurbanos de
la marca, los Volkswagen Up, Seat Mii (en el que probamos la versión de 60 CV),
el Skoda Citigo (que pudimos conducir en su versión de 75 CV en Portugal). Se
trata de un propulsor solvente, y de ahí que hayan comenzado a montarlo en
modelos mayores, como el Volkswagen Polo (cuyo último restyling ha sido lanzado
en 2014). Pero con 239 puntos suponen casi la mitad que el ganador.
Por detrás de este motor se ha situado el Fiat 1.4 MultiAir,
con 202 puntos, un propulsor que equipan desde el Abarth Punto que probamos al
Fiat 500L o a los Alfa Romeo MiTo y Giulietta.
El tercero es la variante 1.4 TSI del Grupo Volkswagen, que
equipan numerosos modelos del Grupo. Cuenta con potencias de 122 a 180 CV y por
nuestras manos pasó dentro de un Seat León 1.4 TSI de 140 CV que tenía un gran
comportamiento.
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